Dos años

El jueves pasado nuestra pequeña emperatriz cumplió dos añitos.

Muchas veces he leído o me han dicho que el tiempo pasa más rápido cuando tienes niños. Tengo que reconocer que es totalmente cierto. 

En estos dos últimos años nuestra vida ha cambiado, no tanto como pensábamos y cómo nos decían, pero si un poco. El cumpleaños de la peque me ha hecho pararme a pensar en estos dos años y rememorar algunos momentos.

El día antes de cumple recordaba cómo fui a la consulta de la ginecóloga y esta me dijo que como seguía sentada y parece ser que era grande me iban a programar una cesárea. El mismo día del cumple, por la mañana en el trabajo, recordaba cómo fue llegar y estar esperando varias horas para bajar a quirófano y ver esa carita minutos después. También he estado recordando nuestras primeras noches y tomas de lactancia materna, leyendo en el móvil varios blogs y leyendo también varios libros. También, cómo no olvidarme, he recordado mis grietas eternas y he alucinado un poco al pensar que hemos llegado hasta este punto con lactancia materna, yo que pensaba al principio que duraría 1 mes!!

Al ir a recogerla a la Escuela Infantil recordé la primera vez que se quedó allí, con sólo 4 meses y medio estuvo 45 minutos sin mí, y ahí supe que cada vez que me separara de ella, ya fuera para irme a trabajar, al médico o a comer fuera, la echaría de menos muchísimo.

También he recordado sus revisiones con la neuróloga y las múltiples bronquiolitis que llevamos ya a cuestas, así como todas las veces que le pusieron las vacunas. Ni que decir tiene que me he acordado de las vacaciones que hemos pasado juntos los tres, tengo tantos destinos pensados para ir los tres que a veces me asusto, se hace mayor tan deprisa que cuando nos descuidemos querrá irse a Benidorm o similar y no querrá saber nada de nosotros.

Los últimos días también ha dormido alguna noche del tirón y he recordado la de veces que se ha despertado durante estos dos años (hay bebés que se despiertan muchas más veces así que no se ha dado muy mal la cosa al final). 

Según preparábamos la fiesta el jueves (hicimos otra el sábado, os las enseñaré en breve) también le dije al papá, recuerdas el año pasado cuando se pusó de pié, y cuando no andaba y sólo gateaba, qué diferencia!! Ahora ya hasta corre!!

En resumen, para no extenderme mucho más, han sido los 735 días más intensos de toda mi vida, y espero que los que quedan sean por lo menos iguales, aunque no dudo que serán mucho mejores.

Muchas felicidades mi pequeña emperatriz!